Resident Evil Remake: Gamecube

Resident Evil es una de las sagas más emblemáticas del género de terror y supervivencia, y su primera entrega, lanzada originalmente para PlayStation en 1996, sentó las bases de lo que sería una franquicia exitosa y duradera. Sin embargo, el paso del tiempo no fue muy benevolente con el juego original, que se veía limitado por las capacidades técnicas de la consola y por algunos aspectos jugables que hoy en día resultan anticuados o frustrantes.

Por eso, en 2002, Capcom decidió hacer un remake del primer Resident Evil para la consola Gamecube, aprovechando el potencial gráfico y sonoro de la misma, y añadiendo mejoras y novedades que lo convirtieron en una experiencia renovada y superior. El resultado fue un juego que no solo respetaba el espíritu del original, sino que lo superaba en todos los aspectos, ofreciendo una aventura de terror que aún hoy se mantiene como una de las mejores de la historia.

El argumento del juego es el mismo que el del original: un grupo de agentes especiales llamados S.T.A.R.S. (Special Tactics And Rescue Service) es enviado a investigar una serie de extraños asesinatos en las montañas Arklay, cerca de la ciudad de Raccoon City. Sin embargo, al llegar al lugar, son atacados por unos feroces perros mutantes, y se ven obligados a refugiarse en una mansión aparentemente abandonada. Allí descubrirán que la mansión esconde un oscuro secreto relacionado con la corporación Umbrella, una empresa farmacéutica que ha estado experimentando con un virus capaz de reanimar a los muertos y convertirlos en zombis sedientos de sangre.

El jugador puede elegir entre dos personajes: Chris Redfield o Jill Valentine, cada uno con sus propias características y habilidades. Por ejemplo, Chris tiene más resistencia y puede usar armas más potentes, pero tiene menos espacio en su inventario y necesita encontrar unas cintas para poder guardar su progreso en las máquinas de escribir. Jill, por su parte, tiene más espacio en su inventario y puede usar una ganzúa para abrir algunas puertas cerradas, pero tiene menos resistencia y necesita encontrar unas llaves para acceder a otras zonas.

El juego se basa en la exploración de la mansión y sus alrededores, resolviendo puzles, encontrando objetos útiles y enfrentándose a los diversos enemigos que pueblan el lugar. El jugador debe gestionar bien sus recursos, ya que la munición y los objetos curativos son escasos y limitados. Además, el juego cuenta con un sistema de daño localizado que afecta al rendimiento del personaje según la zona del cuerpo que haya sido herida. Por ejemplo, si el personaje recibe un mordisco en la pierna, caminará más lento y cojeará.

El juego destaca por su excelente apartado gráfico, que aprovecha al máximo las capacidades de la Gamecube. Los escenarios están recreados con un nivel de detalle impresionante, con efectos de luz y sombra dinámicos, texturas realistas y animaciones fluidas. Los personajes también están muy bien modelados y expresan sus emociones con gestos faciales. Los enemigos son variados y terroríficos, desde los clásicos zombis hasta las arañas gigantes o los temibles hunters. El juego usa una perspectiva fija con cámaras preestablecidas que cambian según la posición del personaje, lo que contribuye a crear una atmósfera opresiva e inquietante.

El apartado sonoro también es sobresaliente, con una banda sonora compuesta por Makoto Tomozawa que acompaña perfectamente cada situación del juego, desde los momentos de tensión hasta los de acción o los de misterio. Los efectos de sonido son realistas y envolventes, haciendo que el jugador se sienta parte del escenario. Los diálogos están doblados al español con voces profesionales que interpretan bien a los personajes.

El juego también incorpora algunas novedades respecto al original, como la posibilidad de defenderse con un cuchillo o un arma secundaria cuando un enemigo nos agarra, o el hecho de que algunos zombis puedan volver a levantarse después de haber sido abatidos, convirtiéndose en unos monstruos más rápidos y letales llamados crimson heads. Además, el juego añade nuevas zonas, enemigos, objetos y puzles que amplían la duración y la rejugabilidad del juego. También hay algunos cambios en la historia y en el desarrollo de los personajes, que hacen que el juego sea más coherente y profundo.

En conclusión, Resident Evil Remake es un juego imprescindible para los amantes del terror y de la saga Resident Evil, ya que es una obra maestra que mejora en todo al juego original, y que ofrece una experiencia de juego inolvidable. Es un juego que ha envejecido muy bien, y que sigue siendo un referente del género. Sin duda, uno de los mejores juegos de la Gamecube y de la historia de los videojuegos.