Dragon Ball Z: El plan para erradicar a los Saiyajins es una película de animación japonesa basada en el popular manga y anime Dragon Ball Z, creados por Akira Toriyama. La película fue lanzada en 1993 como parte de un videojuego para la consola Famicom, y posteriormente fue remasterizada y relanzada en 2010 como un extra del videojuego Dragon Ball: Raging Blast 2 para las consolas PlayStation 3 y Xbox 360.
La trama de la película gira en torno a un misterioso villano llamado Hatchiyack, que planea vengarse de los Saiyajins, una raza de guerreros espaciales que exterminaron a su pueblo, los Tsufur. Hatchiyack crea una máquina que genera unos fantasmas de antiguos enemigos de los Saiyajins, como Freezer, Cooler, Turles y Slug, y los envía a la Tierra para enfrentarse a Goku y sus amigos. Los héroes deberán derrotar a estos adversarios y luego viajar al planeta oscuro, donde se encuentra Hatchiyack, para poner fin a su amenaza.
La película es un entretenido homenaje a los fans de Dragon Ball Z, que podrán disfrutar de ver a sus personajes favoritos luchar contra algunos de los villanos más emblemáticos de la serie. La animación es fluida y colorida, y las escenas de acción son dinámicas y espectaculares. La banda sonora acompaña bien el ritmo de la película, y las voces originales en japonés son las mismas que las del anime.
Sin embargo, la película también tiene sus puntos débiles. La historia es muy simple y predecible, y no aporta nada nuevo al universo de Dragon Ball Z. Los personajes secundarios tienen poco protagonismo y relevancia, y algunos de ellos ni siquiera aparecen. La duración de la película es muy corta, apenas 30 minutos, lo que hace que el desarrollo sea apresurado y que el final sea abrupto. Además, la película tiene algunas incongruencias con la cronología oficial de Dragon Ball Z, lo que puede confundir o molestar a los fans más puristas.
En conclusión, Dragon Ball Z: El plan para erradicar a los Saiyajins es una película recomendable para los amantes de Dragon Ball Z, que podrán pasar un buen rato viendo a Goku y compañía enfrentarse a viejos enemigos. No obstante, no se trata de una obra maestra ni de una película imprescindible, sino más bien de un producto comercial y fan-service que carece de profundidad y originalidad.
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